Cuando era adolescente, los medios contaban de unos cafés donde las mesas tenían un teléfono que se usaba para llamar a otras mesas y, así, conocer otras personas. Tiempo después aparecieron los ciber cafés, que eran cafés donde había computadoras y las personas podían ir a trabajar, navegar, mandar mails o chatear con amigos en alguno de los primitivos programas de chateo (Mirc32, Messenger, ICQ). Estos establecimientos eran una novedad en aquellos años donde no todos tenían conexión a internet o una computadora en su casa. Estamos hablando de los años 2000. La modalidad de estos cafés no funcionó mucho en Argentina y rápido adoptaron la forma de “locutorios”. Es decir, el lugar a donde íbamos a imprimir trabajos de la facultad o jugar juegos en red. Así como antes los teléfonos y los celulares no eran lo normal en todos los hogares y la gente iba al locutorio a comunicarse telefónicamente, el ciber se convirtió en un salón lleno de computadoras donde las personas iban a usarlas. ...